Mi amante cánido 4 (relato corto)

 

Me desperté, un dolor en mi ano me recordó la noche anterior, era un escozor muy fuerte, me levanté  y al sentarme en la cama el dolor se hizo más profundo.

Danko al oírme vino raudo y se subió a la cama, empezó a jadear y ya sabía que era la señal de que quería montar a su hembra, y qué perra iba a ser yo si me niego a mi alfa, pues una perra estúpida que no sabe su lugar y eso decepcionaría a mi macho y eso no podía pasar.

Empecé a acariciarlo y cuando llegue a su funda que cubre su pene lo empecé a masturbar y empezó a sacar su verga una puntita roja que asomaba y que dentro de poco iba a estar llenándome la vagina para demostrar mi posición. Empecé a chupársela me la metía y sacaba de la boca, la besaba, la chupaba, la deslizaba por sobre mis labios, la retenía por un largo rato adentro, jugando con ella, absorbiendo el presemen que ya comenzaba a brotar el cual recogía deliciosamente.

Luego de masturbarlo un rato me dispuse a desnudarme y estando ya desnuda, se acercó a mí aun cuando mi ano seguía gritando de dolor, mi vagina ya mojada invitó a mi macho a lamer y eso como siempre me causo una sensación que muy raramente siento, solo con él. Estuvo un buen rato lamiendo mientras yo estaba tumbada abierta de piernas entre orgasmo y orgasmo. Danko paró y ladró, lo cual entendí que era la señal para montarme. Me puse en cuatro y mi macho se dispuso a tomar posesión de su perra, yo, sinceramente rezaba que fuera vaginal, pues mi pobre ano no aguantaría otro esfuerzo como la noche anterior, la verdad no podía arriesgarme. Guie con mi mano le acerco la punta de su pene a la entrada de mi chorreante vagina y no tardo en encontrar el camino pues a la primera me metió toda su pene hasta lo más adentro de mi vagina. Empezó con sus movimientos de copulación, rápidos y contundentes. Yo ya acostumbrada a su pene canino aguante en 4 patas como buena perra y disfrutando de cada embestida de mi alfa y cada marca de sus uñas en mi costillas ya marcadas. Sus movimientos cada vez fue más desenfrenados como fuera de sí, notando como sus babas caían sobre mi nuca, yo extasiada por la cogida tan inesperada como deliciosa, apoyando mi cabeza sobre la almohada, inundando la habitación con mis chillidos de placer hasta que se dejó de mover, notando como su semen llenada cada cavidad de mi vagina junto con un orgasmo que me recorrió desde los pelos hasta los talones. Cruzó una pata para quedarnos cola con cola con dos amantes cánidos saciándonos nuestras necesidades

Así estuvimos como 25 min anudados hasta que empezó a tirar en sentido contrario, tratando de zafarse, haciéndome venir pero con dolor y fue así que uno de sus intentos, tiró y salió un ploppp  siguiendo un chorro de puro semen canino combinados con mis flujos venidos de los orgasmos que tuve, que no fue tan intenso pero ve vine. Danko se quedó parado sentado, como pude me incorporé mientras notaba como mi flujo mezclado con el semen de mi macho caía por mis muslos. Empecé a lamer el pene de mi macho limpiándolo de mis flujos y su semen, el cual me volvía loca y así como terminé de limpiarle, se fue al salón. Yo me puse de pie, ya no recordaba ni el dolor de mi ano, fui a bañarme y desayunamos juntos cual pareja feliz.

 


No hay comentarios:

Publicar un comentario

Me convierto en perra Cap. 1

Continuaba comiendo de mi cuenco mientras mi macho me miraba orgulloso. El pienso (no voy a negarlo) no está tan horrible como parece, está ...