Mi amante cánido

La verdad me decidí a escribir pues leí varios relatos de esta temática y de otras y me encendió, así pues quería agradecer a esos y esas escritores/as con mi pequeña aportación a esta página.

Por problemas de convivencia y de desgaste de amor me acabé separando de mi marido, nos quedamos mi hijo y yo en la casa y mi marido decidió salirse de la casa. Pasó el tiempo y yo tenía mis "amigos" pero llegó el fatídico en día en el que mi hijo se iba a la universidad, que quedaba en la ciudad, asi pues se tenía que mudar pues le quedaba lejos. Llevaba ya dos semanas sola en casa y la verdad se me hacía enorme la casa, tan vacía, tan silenciosa... así pues como siempre me crié entre animales empecé a pensar en adoptar un perro. Al final me decidí y adopté un pastor belga de 2 años precioso negro. La convivencia con Danko, que así se llama, fue buena desde el principio, se adaptó rápidamente a su nuevo territorio dado que vivo en una casa con amplio patio trasero y además campo para correr, así pues el perro estaba encantado y yo con su compañía. 

Todo comenzó una noche, Danko dormía conmigo en la habitación, no me importa aunque yo le compré una caseta, pero me sentía segura al tenerle cerca. Me desperté en mitad de la noche por una pesadilla que había tenido. Miré a todos lados y vi a Danko dormido, me intenté dormir pero como no pude me empecé a masturbar. Cuando estaba a punto de explotar por el orgasmo que había conseguido frotando mi clítoris, note una presencia a los pies de la cama, y al abrir los ojos vi a Danko jadeando mirándome. Yo seguí a lo mío hasta que exploté de placer. Sentí como Danko, me imagino que por el olor que desprendía, subió a la cama, algo que no había hecho hasta ese entonces, empezó a meter el hocico entre mis piernas. 

- Danko ¡NO!, ¡ABAJO! - le ordené cerrando las piernas para que no accediera a mi vagina.

El insistió y consiguió acceder a mi vagina, yo seguía oponiéndome pues me daba asco. Noté como su lengua repasar mi vagina a lo que mi cuerpo se estremeció al sentirla y sin poder evitarlo solté un gemido. No sé si por instinto o cansancio de pelear y del orgasmo autoprovocado abrí las piernas para que hiciese lo que quisiera. Así pues, Danko, metió su hocico en mi vagina y lamió tan adentro mia que un segundo orgasmo explotó mi ser. La realidad volvió en mi cuando noté a Danko intentandome penetrar haciendo el misionero, lo que me hizo volver en mí y como pude quitármelo de encima y llevarlo al suelo:

+ DANKO NO! AL SUELO YA!! AHORA -dije gritando.

El pobre entendió la orden y con cara apenada se bajó sin dejar de mirarme. Yo me di la vuelta intentando olvidar lo que acaba de suceder, lo que me había corrido con la lengua de un perro.

Al despertarme Danko no estaba, me imaginé que se fue al comedor o patio, empecé a recordar. Tenía una sensación entre asco y curiosidad. Un perro me había hecho un oral y yo había disfrutado... ¿Como era posible?. Me levanté e las tareas de la casa con esa pregunta rondandome la cabeza. Danko estaba a lo suyo, como siempre, cariñoso, juguetón.... Puedo deciros que la curiosidad ganó y empecé a buscar en internet sobre la zoofilia. Me quedé estupefacta, la de videos de mujeres gozando con animales. Caballos, cerdos, burros y... perros, joder se las veía gozar y de lo lindo. Pero yo no había ido a ver porno, aunque me daba excitando, yo iba a informarme. Encontré una página de una mujer explicando sus experiencias, el inicio y cómo seguía su relación con el perro pero... ¿Sería yo capaz de sobrepasar esa barrera? ¿Danko haría de mi su perra? ¿Y después qué? Fueron preguntas que me hice. La página decía como ponernos para excitar a nuestros machos, posiciones, juegos.... 

La verdad, me daba demasiado morbo convertirme en la perra de Danko, pero a la vez miedo, miedo a que me lastime me muerda, o que sé yo... Pero como dice el refrán... La curiosidad mató al gato.

Esa tarde noche estábamos Danko y yo en el salón. Él como siempre subido en el sofá y yo terminando de cenar. No dejaba de mirarlo y él tampoco me apretaba la vista era como si supiéramos los dos lo que íbamos ha hacer o intentar. Me fui a la habitación y me desnudé, él como siempre, fue detrás mía a la habitación pero esta vez sería diferente y ambos lo sabíamos. Me tumbé en la cama, abrí mis piernas y empecé a jugar con mi vagina, paara que mi olor atrajera a mi macho. No tardó mucho en olfatear el aire y levantar la cabeza hacia mí y está vez sí le dejaría:

Danko, cariño, sube ven anda -le dije tiernamente

No tardó ni un segundo, pegó un salto y se subió a la cama. Estaba confundido, normal, la noche anterior le eché a gritos pero hoy era especial:

¿Quieres lamer mi coñito? Venga ven, todo tuyo - le dije ofreciéndole mi coño.

Parecía que lo estaba esperando, metió el hocico entre mis piernas y empezó a lamer todo mi coño con esa pedazo de lengua que tiene, me recorría todas la cavidad vaginal, yo, agarrada a las sábanas, retorciéndome de placer en el éxtasis total grite como nunca dándole a mi macho mi dulces jugos para que los disfrutara. 

Danko empezó a querer penetrarme, una barra de carne de unos 20 cm apuntaba hacia todos lados intentado plantar su semilla en mi vagina:

Ains Danko, espera voy a posicionarme - dije quitándomelo cómo podía de encima.

Me puse a cuatro patas con la cara en las almohada, mi macho no tardó en posicionarse con sus patas arañandome el costado y la espalda y dando puntazos con su miembro por todas partes. Intenté agarrarle el pene pero Danko estaba desesperado:

-Tranquilo amor, si a esta perra te la vas a coger siempre que quieras - le dije guiando su pene a mi vagina.

Al guiarle yo el pene a la entrada de mi vagina la insertó de una provoca dome un dolor queme hizo chillar:

Danko coño así no, joder que dolor - dije chillando como si fuera a parar.

Danko siguió arremetiendo con fuerza, ya no había marcha atrás, solo quedaban dos opciones o aguantar y esperar a que termine o disfrutar como perra. Así pues, mientras el pene de Danko iba desgarrando mi vagina con las embestidas, empecé a maasajearme el clítoris y pronto el dolor fue pasando a placer. Las estimulación de clítoris hizo que produjera más flujo para que el pedazo de carne de mi macho resbalase mejor por mi vagina. Danko no paraba, notaba mi espalda llenas de sus babas, mis piernas temblando, mi cuerpo no paraba disfrutar con cada embestida, mi vagina no dejaba de chorrear flujo y mi cerebro espectador de todo pues estaba en un éxtasis jamás vivo con orgasmos si pasar. De repente noté algo muy gordo que intentaba entrar en mi vagina, en ese momento recordé que debía tener cuidado con las bola, pues si era inexperta podría hacerme daño, pero con tanta embestida y con tanto placer ni me acordaba de la bola yo estaba a lo que estaba. Pronto la preocupación de la bola se me pasó cuando noté abundante chorros de semen inundado mi vagina. Un semen raro, diferente al de los hombres, pero se sentía tan rico y calentito. Caí rendida, aguantaba cómo podía a Danko para tranquilizarse y que no tirase, hasta que no se cuánto pasó de tiempo, un ¡Plop! Sonó y abundante semen y fluido mezclados empezaron a caer de mi vagina. Danko empezó a lamer lo que caía de mi vagina a y limpiando el interior y mi cuerpo volvió a sumirse en un orgasmo que me dejó muerta.

Danko intentó montarme más esa momento pero de verdad no podía, me dolía el cuerpo de los arañazos y estaba muy cansada, así pues le dije:

+ Tranquilo amor, a partir de hoy solo cogeré contigo seré tu perra - dije mientras me daba lametones y yo se los devolvía.

Esa noche dormidos juntos y muy muy felices.

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Me convierto en perra Cap. 1

Continuaba comiendo de mi cuenco mientras mi macho me miraba orgulloso. El pienso (no voy a negarlo) no está tan horrible como parece, está ...